humedad

"Tengo una pena fría y húmeda acá en el techo
y si no lo reparo caerá un río con todo lo malo,
un río con todo lo bueno”
(La Menor, Onda Vaga)


Después de muchas amenazas, citas canceladas a último momento, visitas inesperadas y timbres de bajo volumen, mañana finalmente vendrán a arreglar la mancha de humedad en el techo de la cocina de mi nueva casita compartida en el barrio de Villa Urquiza.
Mientras, esta noche se la dedico a acomodar en mi cuarto en mi nueva casita compartida en el barrio de Villa Urquiza el contenido de tres cajas grandes de cartón, que son objetos que embalé hace dos años cuando me tomé un avión que sonó como un portazo y me fui hacia España. Objetos que se salvaron de la arrasante dictadura de donaciones, ventas y desechos; que por algún motivo guardé no muy contenta con sentirme tan atada a tantos objetos, pensando que tardaría mucho en volver a verlos, y hoy creyendo que los había olvidado. Es curioso, porque creía que una de las mayores enseñanzas que este viaje emigratorio me había dejado era justamente mi capacidad de desapego de lo material. En cierto sentido tuve que atravesar realmente un gran desapego material. Tanto cuando me fui, que todo lo mío entraba en un departamento pequeño pero plagado de cosas, como cuando volví, que todo lo mío tenía que entrar en dos valijas de 23 kg. de peso. Pero hasta ayer, que saqué de alguna baulera olvidada las cajas que contenían todo y las traje a mi nueva casita compartida en el barrio de Villa Urquiza, seguía sintiendo que no estaba "en casa" hasta que no trajera todo, absolutamente todo lo que poseía en el mundo, a reunirlo en un mismo lugar.
Qué mundo vertiginoso el de las posesiones materiales, ¿no? Por momentos una cárcel autoforjada, por momentos un cordón de plata hacia la familiaridad más tierna y suave. Bueno, será que todo lo material tiene dos caras, y por ello no es verdadero.

Y la mancha de humedad de la cocina, que vienen a borrar mañana, después de muchas citas canceladas a último momento, visitas inesperadas y timbres de bajo volumen, acabo de darme cuenta que tiene la forma de España.

8 comentarios:

  1. Me resulta curioso leerte. (PErdona que me entrometa así de repente en tu blog).
    Yo soy española. Nací en Extremadura, me crié en Andalucía, estudié y me casé en Madrid, tuve a mi hijo y me he separado en Barcelona. Y odio Barcelona. Con todas mis fuerzas.
    Me enferma hablar y escuchar el catalán, aunque he de vivir con ello. Y me la paso ahorrando para cada tres o cuatro meses pillarme un avión que me lleve a Ezeiza. Quiero emigrar y no puedo. Mis lazos personales me obligan a estar en Catalunya, cuando mi tranquilidad, mi paz y una parte de mi vida están en Buenos Aires.

    Curioso, verdad?

    Yo ando por las calles que mencionas a diario recordando el barrio de Palermo, puerto Madero, la Av. Corrientes, la plaza de Mayo y muchas cosas más. Deseando pasar calor cuando acá hace frio y queriendo frio cuando acá hace calor.

    Es la vida. Es lo que hay. Esperemos que quizás algún día nos crucemos en el aire, viste?

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. hola que tal! estuve visitando tu blog y me pareció interesante, Me encantaría enlazar tu blog en los míos y de esta forma ambos nos ayudamos a difundir nuestras páginas. además estoy segura que su blog sería de mucho interés para mis visitantes!.Si puede sírvase a contactarme ariadna143@gmail.com

    saludos

    ResponderEliminar
  3. Borges viajaba de Palermo a Villa Urquiza para visitar a su prima. Alguna vez a mí me gustaría ver esos barrios...

    Espero que al menos te hayas llevado un recuerdo bonito de tu visita por Barna, y que esta siempre sea tu ciudad adoptiva, donde cuando quieras y el dinero o las oportunidades te lo permitan, puedas a volver a visitar o incluso establecerte de nuevo.

    Por aquí cada vez hay más argentinos, y en cierta manera estos le han dado un poquito más de colorido a la ciutat.

    Chau y suerte.
    V.

    ResponderEliminar
  4. Qué lindo, cuántos comentarios amistosos!
    Estimada BLAS, me encanta todo lo que me dices; principalmente siento muchísima gratitud porque todos somos tan distintos y al mismo tiempo tan iguales, complementándonos en un mosaico maravilloso de mil colores y formas! Tu blog me sirve para revalorar todo lo que me olvido que quiero tanto... Y espero que mi blog y mi amor por Barcelona te sirvan también a vos! Y no te sientas "presa", las cárceles se las forma uno en su cabeza. Estás donde estas porque el motivo que te hace quedarte es el más fuerte de todos los motivos, y esa es tu elección! Recuerda, como dice la peli argentina, "El hombre arriesga su propia vida cada vez que elije, y es eso lo que lo hace libre!". Te abrazo fuerte, y me encantaría compartir más de nuestras historias. Ya nos cruzaremos, acá o allá.
    Querido Vigo. Algún día vendras para estas tierras y verás que parecids y qué distintas al mismo tiempo son. Y podrás ver todo lo que cuento, y contar cosas nuevas. Buenos Aires, a pesar de todo, es una hermosa ciudad. Despierta amor, y despierta odio, pero nunca indiferencia. Eso lo hace mágica! ASí que cuando quieras cruzar el charquito, acá te espero con unos mates, en Palermo, en Villa Urquiza, y en cualquier otro barrio porteño!
    Ariadna, enlacémonos. Ahí te escribo.
    Besos a todos.

    ResponderEliminar
  5. Hola he visto tu blog y he pensado que a lo mejor te interesaría participar en nuestra Revista. Es una revista de relatos fantásticos e ilustrados, que si sabes lo que significa Pulp no tendré nada más que explicarte. Buscamos más escritores e ilustradores, gente que quiera ver algo de ellos plasmado en un tomo físico. Si tu relato es publicado recibirás gratis en tu casa el número de la revista en donde haya aparecido. ¿Te intera? Si es así, entra en nuestra web, “estramboticos.es” y déjanos un comentario en el apartado epístolas. Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Hace unos años viajé a España, y desde luego a Barcelona. En la playa se me acercaron varios chicos argentinos al escuchar mi acento. Estaban muertos de nostalgia y sentí una gran tristeza. Yo también soy inmigrante y uno añora cuando no está bien en el lugar que reside. De lo contrario, ni se acuerda de su país de origen.

    ResponderEliminar
  7. Es muy bonito cómo escribes, siempre me ha gustado, aunque hace mucho que no pasaba por aquí. Yo hace un par de semanas encaré el tema de hacer limpiezas en mi casa, tire camiones de cosas, regale otros camiones de cosas y me quedé con poquito, pero importante. Si tuviera que mudarme, tendría que volver a hacer limpieza, y si tuviera que mudarme a otro país, mucha más. La relación que tenemos con las cosas son líos nuestros,¡pero qué complejos!

    Saludos desde Piriápolis

    ResponderEliminar