zooloquo

Loquo.com es el sitio web zoosocial donde se publican búsquedas y necesidades de diversa índole en toda España. En gran medida, se utiliza para buscar habitaciones de alquiler o pisos compartidos. Se puede ofertar la habitación o publicar la búsqueda, siempre partiendo de la premisa (como decía la publicidad de MercadoLibre) “Alguien tiene lo que vos buscás, alguien busca lo que vos tenés” (¡Qué buena que es la publicidad argentina, joer!)

En fin. Siguiendo con el pragmatismo necesario de todo el que busca vivir en un piso compartido, Pepa publica su búsqueda:

“Hola posible compi!
Soy una chica ítalo-argentina de 26 años, diseñadora audiovisual, que vive en Bcn hace más de un año.
Busco una habitación en un piso compartido en Barcelona. Es para entrar cuanto antes. No me importa si no es super céntrico siempre que tenga el metro cerca. Tampoco me importa si la habitación no es muy grande: con una cama individual, un armario, un escritorio y algo de luz natural, me alcanza. Y mucho menos me importa si en el piso somos muchos, y de géneros variados, de hecho me parece más divertido convivir con dos o más personas que solo con una. Por todo ello creo que pagar 250€ con gastos incluídos (teniendo en cuenta internet) está bien.
Lo que sí me importa es que tengamos las mismas costumbres y necesidades a la hora de convivir. El orden y la limpieza bien organizada, periódica y compartida, pero tampoco al punto obsesivo. El respeto por el espacio, la privacidad y la tranquilidad del otro. Y el compañerismo si se trata de compartir momentos, organizar alguna cena con varios amigos, o salir a veces a tomar algo fuera de la casa. Soy una persona muy sociable y simpática, pero también me gusta tener privacidad y tranquilidad. No busco una familia, simplemente un grupo divertido de gente joven que la pasen bien, y sepan respetarse: en la convivencia y en lo personal.
Si tenés lo que busco y te parece que podemos congeniar, no dudes en llamarme o escribirme y mandarme fotos! Voy a estar esperando. (Y por favor, si tu habitación vale más de 250€ con gastos incluídos, por más que indudablemente lo valga, no me respondas, ya que no somos lo que el otro necesita.)
Que tengas una semana llena de cosas lindas!
Josefina (y mi número de móvil).”

Y al cabo de las horas, las más variadas respuestas se presentan en su casilla de mail.
Por ejemplo esta:

“Has recibido la siguiente respuesta de tu anuncio:
http://www.loquo.com/es_es/post/17341933

Buenas Joselinda, es un poco tarde pa llamarte así que te mando un mailcito, me a gustado mucho tu anuncio, mucho mejor que la mayoría, pues cuentas mucho mas sobre tí y sobre lo que quieres. Mira, yo creo que podemos encajar, aquí te dejo el link de nuestro anuncio, lo que si, respecto del dinero, es que hay que dejar fianza pero creo que el precio es mas o menos lo que buscas, pues tenemos dos habitaciones, una de 220 y otra de 240, gastos aparte, pero creo que cubrirá tus expectativas. Bueno, un saludo y espero te guste nuestro piso, link

Mireia"

O por ejemplo esta otra:

“Has recibido la siguiente respuesta de tu anuncio:
http://www.loquo.com/es_es/post/17341933

VOSOTROS LOS ARGENTINOS ¿SOIS CONSCIENTES DE LO QUE PIDEN? NO HE VISTO GENTE TAN EXIGENTE COMO UDS, Y DERROCHADORES, LES GUSTA SERVIRSE DE LOS DEMAS, APROVECHARSE CUANTO MAS PUEDAN, ESO SI UDS, NO SOLTAR NI UN EURO, TODO A COSTILLAS DE NOSOTROS LOS QUE ALQUILAMOS LAS HABITACIONES, PARA QUE LUEGO UDS, SE CREAN DUEÑOS DE LOS PISOS.
¿NENA SABES COMO ESTA LA SITUACION EL DIA DE HOY?
REFLEXIONA"

A la cual Pepa, por supuesto, no puede dejar de responder.
Y creo que, tanto como fue de justo colgar ambos anuncios con exactitud, también lo es colgar esta última respuesta.

“Lamento muchísimo que hayas tenido tantas malas experiencias con los argentinos y que ello ahora te haga tratar así, gratuitamente, a gente que ni siquiera conoces. Soy perfectamente conciente de la situación del país, de hecho nací en un país en donde la crisis siempre fue permanente, por lo que se perfectamente lo que es vivir con el agua hasta el cuello.
A diferencia de ti, me ha contestado muchísima gente que tiene exactamente lo que busco, y me han brindado una calurosa respuesta y me han abierto las puertas de su casa, de modo que no creo que sea tan imposible lo que pido, ni tan fuera de lugar.
No te olvides que mi país fue durante más de un siglo el receptáculo de muchísima gente europea (sobre todo españoles, catalanes e italianos) que huía de la crisis europea. Y los argentinos, en lugar de tratarlos mal sin razón como tú lo haces, les hemos abierto las puertas de nuestro gran país. Por lo tanto te pediría que leas un poco de historia de Europa y de Latinoamérica, y luego, si te quedan aún motivos, que seguro que no, sigas con tu ciega xenofobia.
Barcelona es una hermosa ciudad, los catalanes son gente maravillosa, y hasta ahora no me encontrado con más que personas bellísimas. He venido a este país a trabajar como cualquier otra persona. No he pedido nada gratis y no he venido a estafar a nadie. Jamás he tomado ni un céntimo que no fuera mío. Ni siquiera me cuelo en el metro, cosa que muchísimos de vosotros, los locales, sí hacéis. Soy nieta de italianos y por lo tanto ciudadana europea, de modo que gracias a las leyes de este maravilloso país, tengo tanto derecho a vivienda y trabajo como cualquier español.
Tal vez deberías reflexionar tú antes de malgastar tu tiempo libre en prejuzgar a gente que ni conoces y desahogar tu ira acumulada quien sabe por qué contra alguien que no lo merece.
Te deseo lo mejor en la vida, pues evidentemente las cosas te estarán yendo no muy bien como para que seas así. Y no te olvides que todo lo que piensas se manifiesta en tu vida, y que el tiempo es un boomerang, y todo lo que das lo recibes, tarde o temprano...
Por tanto te deseo de todo corazón que Dios te llene de bendiciones.
Josefina, la argentina

Y solo queda por agregar, argentina a mucha honra.
Otra vez a saludar con dos besos.
Otra vez a apretar un botón, o girar una palanquita, para que se abran las puertas del metro.
Otra vez a decir metro, en vez de subte.
Otra vez a decir coger, en vez de agarrar.
Otra vez a decir moverme, en vez de correrme.
Otra vez a que no suene raro hablar de tú.
Otra vez a sentir el catalán navegando en mis oídos.
Otra vez a pensar constantemente qué estará pasando en mi país mientras a mí me pasa todo esto.
Otra vez a estar lejos, otra vez.

Bizcochitos de chocolate

Estuve viajando treinta y ocho horas. Salí del aeropuerto de Buenos Aires un domingo a las 8:00 hs. Bajé del avión cuatro o cinco horas después, en el aeropuerto de Lima. Ahí dormí cinco horas, estirada en tres asientos, abrazada a mis dos bolsos de mano, con gente de todos los colores pasando a mi alrededor. Y después de eso me subí a otro avión, y estuve en el aire creo que once o doce horas. Llegué al aeropuerto de Madrid a eso de las 15:00 hs. del lunes, y saqué un ticket de bus a Barcelona, el cual tomé dos horas después. Estuve en el bus aproximadamente ocho horas, incluyendo algunas paradas de diez o quince minutos en parajes anónimos de las pampas españolas. Llegué a mi destino final a la 1:00 de la madrugada del martes. Mi reloj marcaba sabe Dios qué huso horario.
Llovía. La ciudad estaba dormida, callada y guardada tras sus puertas. Quizá por eso no sé bien a dónde llegué, aunque algo pude ver desde el taxi, pequeños flashes que hacía tres meses que no veía.
Bajé en lo de mi amiga Olga, que después de abrazarme y preparar café, me convidó con bizcochuelitos bañados en chocolate marca Eroski. (“Bizcochitos”, les dice ella, y los Eroski son los mejores de su especie, pienso yo.)
Y recién ahí, con ese sabor en la boca, caí, a las trompadas.
Ya era un hecho. Estaba de vuelta en Barcelona.