"Tengo una pena fría y húmeda acá en el techo
y si no lo reparo caerá un río con todo lo malo,
un río con todo lo bueno”
(La Menor, Onda Vaga)
Después de muchas amenazas, citas canceladas a último momento, visitas inesperadas y timbres de bajo volumen, mañana finalmente vendrán a arreglar la mancha de humedad en el techo de la cocina de mi nueva casita compartida en el barrio de Villa Urquiza.
Mientras, esta noche se la dedico a acomodar en mi cuarto en mi nueva casita compartida en el barrio de Villa Urquiza el contenido de tres cajas grandes de cartón, que son objetos que embalé hace dos años cuando me tomé un avión que sonó como un portazo y me fui hacia España. Objetos que se salvaron de la arrasante dictadura de donaciones, ventas y desechos; que por algún motivo guardé no muy contenta con sentirme tan atada a tantos objetos, pensando que tardaría mucho en volver a verlos, y hoy creyendo que los había olvidado. Es curioso, porque creía que una de las mayores enseñanzas que este viaje emigratorio me había dejado era justamente mi capacidad de desapego de lo material. En cierto sentido tuve que atravesar realmente un gran desapego material. Tanto cuando me fui, que todo lo mío entraba en un departamento pequeño pero plagado de cosas, como cuando volví, que todo lo mío tenía que entrar en dos valijas de 23 kg. de peso. Pero hasta ayer, que saqué de alguna baulera olvidada las cajas que contenían todo y las traje a mi nueva casita compartida en el barrio de Villa Urquiza, seguía sintiendo que no estaba "en casa" hasta que no trajera todo, absolutamente todo lo que poseía en el mundo, a reunirlo en un mismo lugar.
Qué mundo vertiginoso el de las posesiones materiales, ¿no? Por momentos una cárcel autoforjada, por momentos un cordón de plata hacia la familiaridad más tierna y suave. Bueno, será que todo lo material tiene dos caras, y por ello no es verdadero.
Y la mancha de humedad de la cocina, que vienen a borrar mañana, después de muchas citas canceladas a último momento, visitas inesperadas y timbres de bajo volumen, acabo de darme cuenta que tiene la forma de España.